Hace unos días recibía un encargo muy especial de mi buena amiga Mª Jesús García, la propietaria de la ingeniosa plataforma de accesorios, complementos y vestuario de la muñeca Nancy de Famosa.
"El costurero de CHUS" necesitaba una reseña para el encabezado de su blog y, casi al instante, mi mente se trasladó en el tiempo a 36 años atrás -que se dice pronto-, cuando en mi aspecto físico, un poco distinto al actual, destacaban sobre todo lo demás que todavía estaba en vías de desarrollo, unas voluminosas coletas con anchas lazadas. En cuanto a mi vestimenta, tampoco había mucho en dónde elegir, ya que casi todo el tiempo me lo pasaba "enclaustrada" bajo el tejido damero de un tétrico uniforme escolar de diseño espeluznante y peor gusto. Cuando ¡por fin! tuve a mi propia Nancy entre las manos, me sentí rápidamente identificada con ella. Su pelo, era igual de largo que el mío aunque de tonalidades doradas como el trigo; sus ojos, tan claros como los míos, aunque siempre me transmitían una mirada dulce a pesar de no gustarle la indumentaria que en esos instantes le estaba poniendo, pero éramos verdaderas amigas y entre amigas, nunca se discutía.
El ánsia con el que esperaba mis tardes de "NO DEBERES", para poder echar a volar mi imaginación vistiendo, desnudando, peinando, maquillando y engalanando a mi muñeca Nancy, eran mágicas, tan mágicas como mis convalecencias de las incómodas anginas, donde mis padres, haciendo acopio de mi singular colección de muñecos, improvisaban una obra de teatro donde, por supuesto, mi Nancy, era siempre la protagonista.
Otros recuerdos me vienen ahora mismo a la mente sobre la estrecha relación con esta muñeca, pero creo que lo mejor será, que vosotras, las amantes de Nancy a través del tiempo, nos los contéis; estoy segura de que muchos serán igual o más entrañables que los míos y también, muy añorados.